La primera referencia que lei sobre Guy Delisle fue acerca de Piongyang, si no me equivoco, la obra que le dio a conocer en nuestro país. La idea de una especie de cuaderno de viaje por países "atípicos" reflejado en formato cómic pintaba realmente bien, así que poco a poco, y cronologicamente, he ido leyendo sus "diarios", de China a Birmania, pasando por Corea.
Shenzen, el primero de los editados, es también el más flojo, curioso, sobre todo para comprobar el loco crecimiento de las ciudades y población china, pero se queda un poco a medio gas, no pasa de la simple anécdota.
Piongyang sí que mete más el dedo en la llaga. Destinado allí para supervisar unos trabajos de animación, "sufrirá" en primera persona el sinsentido de un pais que intenta dar una imagen hacia el exterior que no tiene nada que ver con las miserias y alienamiento que sufre su población.
Con la ironía que protagoniza esta trilogía, Delisle es capaz de sacar punta tanto a todo lo relativo a las trabas impuestas a su propio trabajo, como a las situaciones tan ridículas que se dan bajo un régimen tan absurdo como el que sobrevuela a la población coreana. Divertido viéndolo desde la distancia, pero cuando te paras a pensar en cómo sería vivir en esas circunstancias que describe Delisle, a diario ... tela.
Crónicas Birmanas, es la más reciente de sus vivencias asiáticas. En esta ocasión, en vez de ir a trabajar, es su mujer la que es "destinada" allí durante un año por la ong "médicos sin fronteras". Ni cortos ni perezosos, y con un pequeño que apenas se sostiene en pie a cuestas, toman camino a Rangun vacunados hasta las cejas.
Durante su estancia en el país serán testigos de primera mano de como el régimen militar hace practicamente imposible la tarea humanitaria de las ong, del terrible contraste entre etnias y clases sociales, y de como unos pocos pueden llegara a sacar provecho de la miseria que sufre la mayoría de la población.
Delisle dosifica los parajes dramáticos (los menos) en una narración realmente entretenida y a ratos divertida, pero sobre todo, curiosa.
No sé si él estará por la labor, pero espero que mantenga el espíritu viajero y aventurero por mucho tiempo, y así podamos seguir disfrutando de sus curiosos y entretenidos cuadernos de viaje.
Shenzen, el primero de los editados, es también el más flojo, curioso, sobre todo para comprobar el loco crecimiento de las ciudades y población china, pero se queda un poco a medio gas, no pasa de la simple anécdota.
Piongyang sí que mete más el dedo en la llaga. Destinado allí para supervisar unos trabajos de animación, "sufrirá" en primera persona el sinsentido de un pais que intenta dar una imagen hacia el exterior que no tiene nada que ver con las miserias y alienamiento que sufre su población.
Con la ironía que protagoniza esta trilogía, Delisle es capaz de sacar punta tanto a todo lo relativo a las trabas impuestas a su propio trabajo, como a las situaciones tan ridículas que se dan bajo un régimen tan absurdo como el que sobrevuela a la población coreana. Divertido viéndolo desde la distancia, pero cuando te paras a pensar en cómo sería vivir en esas circunstancias que describe Delisle, a diario ... tela.
Crónicas Birmanas, es la más reciente de sus vivencias asiáticas. En esta ocasión, en vez de ir a trabajar, es su mujer la que es "destinada" allí durante un año por la ong "médicos sin fronteras". Ni cortos ni perezosos, y con un pequeño que apenas se sostiene en pie a cuestas, toman camino a Rangun vacunados hasta las cejas.
Durante su estancia en el país serán testigos de primera mano de como el régimen militar hace practicamente imposible la tarea humanitaria de las ong, del terrible contraste entre etnias y clases sociales, y de como unos pocos pueden llegara a sacar provecho de la miseria que sufre la mayoría de la población.
Delisle dosifica los parajes dramáticos (los menos) en una narración realmente entretenida y a ratos divertida, pero sobre todo, curiosa.
No sé si él estará por la labor, pero espero que mantenga el espíritu viajero y aventurero por mucho tiempo, y así podamos seguir disfrutando de sus curiosos y entretenidos cuadernos de viaje.
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