Lo primero que haces cuando “el evangelio de judas” cae en tus manos es babear ante la exquisita edición de Astiberri. Una maravilla entintada con dorados que da un valor añadido a este original y personal trabajo del gallego Alberto Vázquez.
Hasta ahora no había leido nada suyo, sabía que había editado otro cómic titulado “psiconautas”, pero a día de hoy todavía ni lo he ojeado. Gracias a un regalo he podido descubrir este autor, capaz de pasar de la ternura a la mala baba y sordidez en un volteo de página.
Judas, la ardilla católica, un bicho un poco siniestro, que no habla, y que tiene unos amigos bastante peculiares, es la protagonista de las historias que componen este curioso evangelio. Varias de ellas apenas de 2-4 páginas, y una historia central que es la columna vertebral del libro donde Vázquez da rienda suelta a su particular visión del mundo editorial, dando a Judas el papel de ilusionado dibujante en busca de la probable edición de su trabajo por parte de la importante editorial, al frente de la cual se sitúa un personaje llamado ... Jesús Cristo...
No soy un experto ni mucho menos como para valorarlo, pero creo que el dibujo de Vázquez se adapta perfectamente a la historia, una parte más minimalista sobre todo en las historias cortas como cuando Judas sale a pescar o pasear en su barca, y otra mucho más barroca e incluso asfixiante que se adapta como un guante a la parte más claustrofóbica de la historia principal, sobre todo a la hora de “dibujar” los estados de ánimo por los que pasa Judas en su periplo “editorial”
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