El viernes pasado, con un tiempo fabuloso, mientras íbamos andando hacia el Doka para ver a Josephine Foster, Iker y yo íbamos haciendo apuestas ... cuánta gente crees que habrá? .... ninguno de los dos preveíamos más de 15 personas .....
Total, que llegamos a la puerta, y la encantadora chica de la puerta nos dice:
-venís al concierto?
-sí
-pues con éste de aquí, ya sois tres ...
al final, aparte de saioa, iker y yo, el “otro” que llegó antes que nosotros, otro par de personas, y un matrimonio despistado que fue pensando que había una obra de teatro .... el nuevo folk está de moda, sí, pero en algunas partes más que en otras ...
Una pena la verdad, porque la sala, para conciertos de este tipo de formato, para cosas de aforo pequeño, es una gozada, encima el viernes pusieron los sofás orientados hacia el escenario, así que pudimos disfrutar del concierto tranquilamente sentados en unos sofás tomando una cervecita, mejores condiciones, imposible.
Como telonero traían a Will Shine, una especie de chamán hippie digno por lo menos de un papel estelar en El Gran Lebowski. Había estado mirando por internet a ver si encontraba algo de información sobre él, pero sin resultados .... y ahora no me extraña ..
Sube Will Shine al escenario, se descalza, y se planta sentado a lo Toro Sentado sobre unos cojines y rodeado de campanitas, cascabeles y todo tipo de mini artículos de percusión .... colocados de manera estratégica para tropezarse y enredarse con ellos cada dos por tres.
Saca unos folios, y se pone a recitar en inglés ..... para, bebe un poco de vino, se le escapa una carcajada, sigue, para, toca una campanilla, sigue, se traba y se le escapa otra risita ... para, coge la guitarra, se le enreda con las campanillas, la pluma que tenía enganchada a la guitarra casi se prende con la vela que tenía delante .. y hace dos esbozos de canción....
Alucinados (y un poco descojonados la verdad) por esa especie de performance, vemos como Josephine Foster sube a escena junto a Victor, su pareja tanto fuera como dentro del escenario, y ahí la cosa ya se pone más seria.
La voz de Josephine te transporta tanto en el tiempo como en el espacio, una maravilla que controla a su antojo mientras desgrana temas de folk añejo rasgando tanto la guitarra como una mini arpa. A su lado, Victor saca ruidos imposibles de su guitarra eléctrica, a veces acertadamente, y en otras creo que en exceso, me hacían pensar que con la guitarra y voz de Josephine teníamos más que de sobra.
Como no, Will Shine no iba a quedarse quieto en su silla, así que, cual Bez-Happy Mondays, agarró una pandereta y se puso a mover el cucu al ritmo del último tema de la noche ... una noche de lo más bizarra por cierto.
1 comentario:
cucu...me partoooo!!!!!!!!!!!
jajajaja...muy buena...
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